4 abr 2011

El voyeurismo

El "voyeurista" generalmente observa en secreto a las personas preferiblemente desnudas en sus actos privados.



"Voyeur" es quien disfruta contemplando conductas íntimas o eróticas en otras personas. La palabra proviene del francés que significa "ver" y en español el "voyeur" sería el "mirón".

El "voyeurista" generalmente observa en secreto a las personas preferiblemente desnudas en sus actos privados como estar tomando un baño, haciendo sus necesidades, durmiendo o en una relación sexual con su pareja. Antes, durante o al terminar la "observación" el "voyeur" suele masturbarse.

El Manual Diagnóstico de Trastornos Mentales, lo define como una parafília que son aquellos comportamientos sexuales recurrentes e intensos que incluyen objetos o actividades poco habituales. Se consideran una alteración o trastorno mental cuando dichas conductas provocan daño a la persona que lo practica o a terceros. En este caso hablamos de perversiones o desviaciones sexuales.

El voyeurista atenta contra el derecho de intimidad y la privacidad de las personas por lo que la sociedad lo castiga como un delito. Pero, no necesariamente todo "voyeurista" viola la intimidad de otro. Se dan un sinnúmero de casos de hombres a quienes les gusta ver a sus respectivas parejas en actos íntimos, y ellas son mujeres a quienes les gusta "exhibirse" y lo hacen con agrado y disfrute sexual. En el "exhibicionismo femenino" es una característica obtener la satisfacción sexual mediante la exposición de sus partes íntimas o su desnudez.

No debemos confundir el voyeurismo con el deseo de ver sexualmente a la pareja. Por igual, el hombre y la mujer se excitan viendo tanto como oyendo, tocando, oliendo o saboreando al otro.

Algunos autores consideran que ver pornografía es un acto de voyeurismo, pero sólo si la persona depende de ello como principal fuente de su complacencia sexual. Que alguien quiera ver a su pareja masturbándose, con su consentimiento, y ambos tener placer sexual con ello, no es voyeurismo sino otra forma de hacer el amor.

Para el "voyeur" observar en secreto es clave. Ve a través de binoculares, coloca cámaras ocultas en baños y dormitorios y el miedo a ser sorprendidos funciona como parte de la exaltación sexual. La taquicardia, la sudoración y la adrenalina que produce el temor a ser descubiertos son parte de su "acto" sexual.

Muchos "voyeur" han canalizado su parafília a través de Internet, donde abundan sitios en que se colocan cámaras supuestamente indiscretas y, más que todo, mujeres fingen no saber que las están grabando mientras van al baño, duermen, se masturban o tiene relaciones sexuales. Los "voyeur" sacian así sus fantasías y deseos, "sin infringir" la ley.

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