4 abr 2011

Ser Malhablado

¿Qué hace que algunas personas sean malhabladas y se expresen en términos soeces, abierta y notoriamente?



La mayoría de las personas mencionan eventualmente groserías entre amigos o en familia, sobre todo en momentos en los cuales está presente alguna emoción como el miedo, la rabia o la alegría. Sin embargo, lo normal es que no se digan palabrotas en la escuela, en el trabajo, en las Iglesias, frente a personas que se respeten, como los padres, maestros, niños, o en público, entre otras situaciones.  Por ello, tenemos que preguntarnos ¿Qué hace que algunas personas sean malhabladas y se expresen en términos soeces, abierta y notoriamente? Pues, depende de los individuos que las profieren y de las distintas circunstancias en que se dan.

Quienes sufren Ecolalia repiten constantemente una misma palabra o frase. En la Cacolalia o Coprolalia el sujeto presenta una tendencia patológica a pronunciar obscenidades.

Los delincuentes y pandilleros, generalmente hablan con desvergüenza, insolencia y con una descarada ostentación de sus vicios y lenguaje indecente. Proceden de esta forma para hacer notar que son malos, perversos e infundir miedo en sus víctimas a efecto de perpetrar sus crímenes.

Otros maldicientes son los maltratadores y abusadores de sus hijos o parejas, quienes intentan someter a sus cónyuges o niños, amedrentándolos con También, palabras desbocadas y ofensivas.

En algunas perversiones sexuales o parafilias algunas personas sienten placer sexual al hablar durante el coito haciendo uso de palabras groseras. En el caso de la Coprofemia el sujeto siente excitación sexual al usar la mala lengua y un lenguaje sucio en público. Quienes padecen estas conductas pueden requerir tratamiento terapéutico.

El lenguaje soez no se acepta socialmente y las naciones han legislado para evitar esta jerga. Todos los países del mundo han instituido normas para que no se permita vulgaridades en los institutos educativos. Asimismo, no se admite en los medios de comunicación el uso de groserías, salvo en horarios solo para adultos, muy tarde en las noches. En estas horas, algunos comediantes usan las palabrotas para hacer más impactante el contar algún chiste o anécdota.

Usualmente, el insulto vil e impúdico por parte de un maldiciente, a terceras personas, es penado por las leyes cuando se hace en público con la intención de difamar, calumniar, injuriar, ofender o deshonrar.

Hablar con groserías puede ser aceptado en la vida cotidiana de acuerdo al entorno cultural de una comunidad, entre seres queridos, miembros de una familia o de un grupo de amigos. Incluso, en la sociedad, en momentos de sorpresa o de estrés, pero nunca puede ser la norma sino la excepción a la regla.

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