Creadora de un método de enseñanza revolucionario, basado en la libertad para que los niños desarrollen por sí mismos sus capacidades.
En 1896, Maria Montessori se licenció como médico, convirtiéndose en la primera doctora italiana de la historia. Empezó su trayectoria profesional en el campo de la psiquiatría, dedicándose a niños con retraso mental. Era tal su vitalidad que logró crear un método de enseñanza y estimulación que permitía a esos niños aprobar los exámenes oficiales italianos.
LIBERTAD PARA EXPRESARSE.
Aquel primer éxito causó mucho revuelo en la Italia de la época, pero Maria Montessori afirmaba que solo había permitido que los niños desarrollasen por sí mismos sus potencialidades naturales. Y, para demostrarlo, decidió orientar su trabajo a la enseñanza de niños sin necesidades especiales.
El principio básico de su método consiste en que los niños desean aprender, pero hay que enseñarles de una forma natural: con estímulos propios de la edad y, sobre todo, con libertad. De hecho, los adultos tampoco aprendemos bien cuando estamos obligados a ello, porque el aprendizaje depende mucho de la creatividad, de la atención y de la motivación.
Los profesores de las primeras escuelas Montessori ya no eran las figuras dominantes de antaño sino que permitían al niño expresar sus gustos y preferencias. Las aulas dejaron de ser lugares oscuros, ambientadas solo con una pizarra y largos bancos, y se transformaron en unos espacios alegres, con elementos para jugar y aprender como cajas de colores, juguetes educativos... El resultado fue espectacular: estos niños aprendían mucho más rápido y prácticamente no había fracaso escolar. En la década de los años veinte del siglo pasado, la fama de Maria Montessori alcanzó un nivel internacional. En Italia, Benito Mussolini apoyó la construcción de una red de escuelas Montessori, pero en cuanto el gobierno del Duce empezó a desplegar su retórica fascista, ella se convirtió en una de sus principales voces críticas. Mussolini cerró entonces todas sus excuelas -también lo hizo Hitler en Alemania- y la pedagoga se exilió en España. Maria Montessori vivió y trabajó en Barcelona, pero, una vez más, tuvo que salir huyendo de la persecución fascista con el advernimiento de Franco, en 1939. Durante la segunda guerra mundial, Montessori vivió en la India y, una vez acabada la contienda, se estableció definitivamente en Holanda, donde falleció en 1952.
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