27 ene 2011

EXPRESAR LOS SENTIMIENTOS.

Algo tan sencillo como decirle a alguien que nos importa puede resultarnos casi imposible. En cambio, podremos reprenderle sin pudor y sin tener en cuenta las consecuencias de nuestras palabras. Mostrar lo que sentimos, saber hacerlo a tiempo o tener claro cuándo es mejor callar es un entrenamiento que nos hará personas más seguras y queridas.


Muchas veces hemos escuchado la frase: "Perdóname por lo que te he dicho, pero soy muy honesta y necesito decir lo que siento". Y también hemos escuchado todo lo contrario: "Yo nunca expreso mis sentimientos, prefiero guardármelos para mí". Entonces, ¿cuál de estas actitudes es la correcta? ¿Qué es lo más saludable? En realidad, ninguna de las dos.

Ambas posiciones son extremas; debemos encontrar una manera más acertada de manejar nuestro mundo emocional. Esto no siempre es fácil y requiere entrenamiento, pero merece la pena hacerlo ya que ganaremos en salud física y emocional. De la misma manera que una enfermedad tiene consecuencias emocionales, un conflicto emocional puede hallar su forma de expresión en una enfermedad somática.

Ante la pregunta: "¿Siempre es bueno expresar lo que sentirnos?, la respuesta es única e indudable: siempre es positivo. Y es así de rotunda debido a la profunda conexión que existe entre lo físico y lo emocional.

Durante años, se consideró que el cerebro era un órgano estático e inamovible, es decir, que nacemos con una cantidad determinada de neuronas que carecen de la capacidad de reproducirse. Por tanto, y según esta teoría, las neuronas que se pierdan perdidas están y, con ellas, las funciones que cumplían. Hoy sabemos que esto no es así.

Existen determinadas áreas del cerebro que tienen la capacidad de producir nuevas neuronas. Y precisamente son las áreas responsables de procesar nuestras emociones las que tienen esta facultad. Sabemos también que las conexiones entre las neuronas pueden llegar a modificarse según el uso que hacemos de nuestro cerebro.

HACER BUEN USO DE LA MENTE.

En definitiva, el cerebro tiene un grado de plasticidad que lo convierte en un órgano que puede cambiar positiva o negativamente de acuerdo a cómo lo utilicemos. Aunque parezca increíble, nuestras capacidades cerebrales, también dependen, en cierta medida, de nosotros mismos.

Expresar nuestras emociones nos permite conocerlas mejor e, incluso, llegar a cuestionarlas. Hacerlo, además, nos ofrece nuevas posibilidades en nuestro sistema de ideas; nos muestra caminos distintos ante una misma situación. Y todo gracias, precisa,ente, a la plasticidad del cerebro. Adecuar nuestras creencias nos ayuda a armonizar nuestro mundo emocional, algo que, en la actualidad, ya sabemos que es posible.

Todas estas razones nos llevan a concluir que siempre es bueno comunicar nuestros sentimientos, sin excepción. La gran pregunta ahora sería "¿Con quién?. Que sea saludable expresarse no quiere decir que lo hagamos necesariamente con el destinatario de nuestros sentimientos. En muchas ocasiones, es mucho más acertado buscar a otra persona para compartirlos.

Poder hablar, cuando tengo la necesidad de hacerlo, y saber callar, cuando es preciso, también es un entrenamiento que beneficiará nuestro equilibrio emocional. Para llevarlo a cabo, primero es muy importante identificar qué sentimos (no siempre resulta sencillo) y, una vez que lo sabemos, sería bueno determinar para qué queremos decirlo o de qué nos sirve callarlo.


CUÁNDO CALLAR.

Muy a menudo es importante saber callar ante la persona que nos genera el sentimiento. Creo que esto es bueno fundamentalmente en tres situaciones:

* Cuando la ira nos ciega tanto que, seguramente, provocará un grado de descontrol tal que se transformará en violencia. En este caso, no podremos expresar lo que sentimos sino que expresaremos la violencia que nos provoca la impotencia.

* Cuando nuestro sentimiento es tan confuso que aclararlo con el destinatario nos hará saltar de una sensación a otra dependiendo de su reacción. Y esto traerá aparejada en el vínculo una situación, muchas veces engañosa e innecesaria, de tranquilidad o, todo lo contrario, de riesgo.

* Cuando no obedece a ninguna de las pautas básicas para comunicarlo y solo provocará dolor en nosotros y en las personas a las que queremos. Un ejemplo, frecuente es el ajuste de cuentas con padres ancianos, a los que amamos y que nos aman. Comunicarles a ellos -no a otras personas- lo que hemos sentido alguna vez solo traerá un sentimiento de dolor innecesario y estéril.


CUÁNDO HABLAR.

Creo que existen, básicamente, cuatro finalidades sanas, con todos sus matices, para expresar un sentimiento a su destinatario:

* Por el placer de expresar un sentimiento amoroso. Cuando amamos a una persona, no basta con demostrarlo, hay que decirlo; el otro necesita escucharlo.

* Por el deseo de manifestarle nuestro reconocimiento a alguien. Aprender a decir "Gracias, por lo que me has dado" nos hace personas más adultas y seguras.

* Para aclarar una situación que perturba y pone en peligro el vínculo con otra persona. Si una relación nos importa de verdad y se han instalado ruidos en la comunicación, es necesario esclarecer los puntos oscuros que la ponen en peligro.

* Para dar por terminada una relación vincular. Cuando un vínculo se ha terminado, no nos sirve hacernos los distraídos para evitar un encuentro conflictivo.

Curiosamente ante estas cuatro situaciones en las que es importante hablar, solemos callarnos. Cuando los sentimientos son positivos -sentimos amor o reconocimiento- muchas veces callamos por vergüenza o por manipulación: si el otro sabe lo mucho que lo queremos o lo agradecido que le estamos, nos sentiremos más vulnerables, nos podrá manejar mejor...

En cambio, cuando los sentimientos son más conflictivos -sentimiento de rencor, culpa o decepción- callamos por miedo a la pérdida. Sin embargo, para salir de estas situaciones, y aunque nos cueste, el mejor camino es expresar nuestros sentimientos.

Intentemos buscar siempre el momento y el lugar adecuados para hablar con el otro. Tengamos presente que comunicar nuestros sentimientos a su destinatario es lo único que nos hará sentirnos orgullosos y satisfechos con nosotros mismos.

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